domingo, 1 de mayo de 2022

La increíble historia detrás de la serie ¨Gambito de Dama¨ de Netflix (Fotos+ Podcast)

                                       

“Para cualquiera que haya visto El gambito de la reina – producción de éxito notable que ofrece Netflix -, aquí está la historia interesante, pero poco conocida, de la campeona de ajedrez de Cuba, María Teresa Mora Iturralde, 1922”.  Olga Menendez vía Facebook.

Si hay una serie que impactó cuando se estrenó el 23 de octubre del año 2020 por Netflix, en la que todo estaba bien pensado, con una la trama sin lugar a dudas muy interesante, simple, y con una magistral interpretación, ha sido "Gambito de Dama", protagonizada por la polifacética Anya Taylor-Joy. Esta mini serie, que en solo siete episodios nos contó la historia de Beth Harmon, una mujer prodigio del Ajedrez que deslumbra al selecto mundillo de los genios estrategas. Su voraz forma de jugar fue la clave para que logra convertirse en la mejor ajedrecista de su época, a pesar de su dependencia de los fármacos y el alcohol.  Se ve a una Beth luchando todo el tiempo contra sus demonios internos, pero a la vez con un mundo en extremo prejuicioso, por el hecho de ser una mujer en un sitio donde comandaban y reinaban los hombres.

Teniendo en cuenta cada detalle de la serie, no es un secreto que muchas veces esas historias que nos venden en los filmes y cortos tienen origen en un suceso real o en una obra literaria, y en este caso se cumple el primer caso. Por eso, conocer el verdadero relato que dio vida a la serie te enganchara aún más. Todo parte con el nacimiento de una nueva estrella del ajedrez cubano: una mujer llamada María Teresa Mora Iturralde. Una mujer que creció por mérito propio y que tejió mucha tela marinera  por cada vez que enfrentó a un contrincante masculino y por cada partida ganada. Siendo conocida por el terror que generaba a sus oponentes. ¿Se imaginan una mujer de mediados del Siglo XX imponiendo semejantes estándares? 

Estampilla en honor a María Teresa Mora Iturralde

Cuando Iturralde se presentó al Campeonato Nacional Cubano Absoluto o Copa Dewar, que se llevó a cabo en el Club de Ajedrez de la Habana, por los tempranos 1922, dejó atónitos a unos cuantos que no podían entender la destreza de esa mujer y las estrategias que empleó para generar sus rotundos Jaque Mate. Al mejor estilo de una maestra mundial, a partir de ese momento comenzó su historia, y María Mora Iturralde se convirtió en una leyenda de la que hay mucho que aprender y por ende que contar.

Podemos recordar un artículo escrito años antes de celebrado el Campeonato Dewar, en el Boletín Americano de Ajedrez (American Chess Bulletin), que dedicó una columna íntegra a hablar de sus logros alcanzados por la Iturralde, titulado "La Habana tiene otro prodigio". Haciendo pública la opinión de todos los que sabían de el gran juego de la cubana, que  gracias al alto nivel mostrado por ella se había vuelto una figura importante dentro del panorama ajedrecístico mundial de esos tiempos.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas para la campeona. Aunque su talento le hubiera abierto lo cielos, el machismo propio de la época no le permitió desarrollarse lo suficiente; y lo más frustrante para "La Reina Encasillada", como era conocida María, fue que pocas veces la dejaban medir sus fuerzas con los hombres. Pese a que desde niña fuera considerada todo un prodigio dentro del Ajedrez, siempre vivió bajo la sombra de absurdas comparaciones que le hacían con el Maestro Capablanca, quien fuera su instructor y otro antillano de oro, creador del estilo de ajedrez que conocemos hoy y que tiempo después se enfrentaron.

La historia en muchas ocasiones nos obliga a vivir decepciones como las que experimento María, privándola tanto a ella como a la audiencia a perderse de frenéticas y alucinantes partidas entre ella y sus contrincantes hombres. Sólo nos queda poder soñar con María haciendo gala de su gran talento, y sin ningún problema se enfrentara a William (Bill) Addison (joven en la década de los cincuenta), Semyon Zinovievich Alapin, Bobby Fisher y C. H. O'D. Alexander, entre otros tantos, en una inmensidad de grandes del ajedrez de mediados del siglo pasado, hasta que María se retiró.

                               

                                                María Teresa Mora Iturralde y José Raúl Capablanca/Archivo

A pesar de todo lo que la limitaron por lo amenazante de sus jugadas y por su género, logró Cafetear con Capablanca y en esa ocasión fueron muy certeras las jugadas que se hicieron ambos en una serie de tres juegos en simultáneas. Según cuentan, a María no se le vio en ningún momento amedrentada por el Gran José Raúl Capablanca. Todo lo contrario, se vio a una mujer segura de cada estrategia que iba a realizar. Aquellos que conocían la historia detrás de la serie confesaron que la adrenalina que se vio en las escenas de la serie, parecería haber salido directamente de esta partida, por jugar con cada giro secuencial y sentimental del encuentro entre estos dos increíbles cubanos, siendo su frase al terminar los encuentros lo que sellaría la grandeza de la Iturralde que, sin miedo a las críticas, le dijo a José Raúl (…) Ay qué pena, le he ganado (…) 

Recorte de prensa con María Teresa al centro/Archivo 

Solo podemos imaginar lo que hubiera sido de María sino las limitantes sociales no dictaran las reglas que solo la inteligencia impone, que a día de hoy siguen existiendo y que no tienen sentido alguno, pues en este mundo los hombres y las mujeres tenemos las mismas capacidades intelectuales. Sin embargo, Iturralde sobrepaso cada barrera que se le impuso y logro posicionarse en lo más alto de ranking mundial, puesto que las únicas que lograron vencerla serían Vera Menchik y Lyudmila Rodenko. Demostrando que su título como la primera cubana Gran Maestra de Iberoamérica que consiguió reinar entre los hombres ningún prejuicio sería capaz de no reconocerlo. 

En 1938 obtiene el Título Nacional Femenino, el cual mantuvo hasta 1960. Tristemente María Teresa dejaría este mundo el 3 de octubre de 1980 en su ciudad natal, dejando un legado  increíblemente grandioso, herencia que sirvió de inspiración a un show televisivo que necesitaba contar la historia, aunque tuviera más ficción que realidad basado en una mujer grandiosa que pocos conocen. Si hicieran una busqueda profunda verán que en varios periódicos como el de Sevilla, que refutan la idea de que María Teresa Mora de Iturralde fuera la inspiración real de Gambito de Dama, poniendo a Vera Menchick como la verdadera artifice de la historia. ¿Qué usted cree? 

Entre sus lauros se destacan:

  • Torneo en el Club de Ajedrez de La Habana-1er lugar, 1913
  • Campeonato en la Copa Dewars-1er lugar, 1922
  • Obtiene el título de Campeona Femenina, 1938
  • Campeonato Mundial, en Argentina-7mo lugar, 1939
  • Campeonato Mundial, donde ganó 4 partidas, hizo 4 tablas, y perdió 7, Moscú 1950
  • Recibió de la Federación de Ajedrez el título de Maestro Internacional Femenino de Ajedrez, 1950
 

sábado, 5 de marzo de 2022

8 Curiosidades de los presidentes cubanos antes de 1959 (I) (Fotos+Podcast)

Presidentes de Cuba antes de 1959

Si hay algo raro o bizarro en Cuba, es el desconocimiento generalizado que existe respecto a los presidentes que ocuparon ese cargo antes de Fidel Castro Ruz. La hipótesis que nos arrojaría luz a esta cuestión de ignorancia, es entender que durante muchos años desde el triunfo de la Revolución, los datos sobre los presidentes de La República se han desvanecido como polvo en el viento para borrar cualquier destello de capitalismo y lo bueno que pudo haber existido en la sociedad cubana antes de la Revolución de 1959.

Tenemos que agradecer que a pesar de que muchas cuestiones se le escurrieron al tiempo o fueron parte del olvido intencionado de algunos, siempre existirán cronistas respetuosos con la historia, tanto empíricos como  académicos, que se han encargado de preservar todos los datos y atar los cabos sueltos que puedan quedar para que recordemos todos los detalles de la historia de Cuba. En este artículo le contaremos muchas curiosidades que, posiblemente no conocía sobre los presidentes cubanos anteriores a 1959.

1. En la isla han gobernado en más de una ocasión miembros de una misma familia, a pesar de que la mayoría tenga entendido que ese caso sólo se haya dado con los hermanos Fidel y Raúl Castro. La primera familia es la de los Céspedes, con el amado Padre de la Patria que fue presidente de la República en Armas y su hijo Carlos Manuel de Céspedes y Quesada que ocupó la presidencia de la nación alrededor de un mes en el año 1933. Otra pareja de familiares que comandaron el caimán fueron José Miguel Gómez en el período de 1909 a 1913 su hijo Miguel Mariano Gómez en el año 1936.

Jóse Miguel Gómez

2. Cuba ha tenido solamente una mujer como gobernante de la isla y fue la famosa Isabel de Bobadilla (o Inés de Bobadilla, como también se le conoce), quien  sirvió de inspiración para la estatuilla que se encuentra en el Castillo de la Real Fuerza. Isabel era una española noble ligada a la Casa Real Española de Castilla. Su ascenso al poder acaeció con la salida de su esposo Hernando de Soto a una expedición a la Florida en 1539, momento en el que su esposa asumió el cargo de Capitán General hasta el año 1544, convirtiéndose así en la única mujer que ha ocupado semejante cargo dentro de la política cubana en más de cuatro siglos.

Hernando de Soto e Isabel de Bobadilla (Grabado)

3. Nunca un cubano de tez negra o mestizo ha sido presidente de Cuba.

4. Hubo un hombre que ocupó el cargo de Presidente de la República de Cuba por unas seis horas, ostentando el récord de menor tiempo en el poder en la isla. Se trata de Manuel Márquez Sterling. El día que se vistió con los trajes de presidente fue el 18 de enero de 1934, siendo también la misma jornada en la que fuera destituído.

Manuel Márquez Sterling

5. El título de presidente más joven que ha tenido Cuba pertenece a Fulgencio Batista. En el momento de los comicios del año 1940, Batista solo contaba con 39 años de edad.

6. Tomás Estrada Palma, el primer presidente de la República de Cuba, que jugó un papel importante en la creación de la Enmienda Platt, era ciudadano estadounidense y no cubano, por lo que tuvo que hacer dejación de la nacionalidad norteña para poder ocupar el cargo de presidente, tal y como dictaba la naciente Constitución de la República.

Tomás Estrada Palma

7. Sin dudas, Cuba es un país que desde su formación ha tenido una historia bastante peculiar, y la historia de su gobierno es un ejemplo de esta cualidad. En ocasiones ha gobernado más de una persona. La primera vez que apareció esta situación fue el 12 de agosto de 1933, cuando Gerardo Machado ya había sido destituido y fuera sucedido por Alberto Herrera, a la misma vez Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (Jr.) era el presidente interino. La segunda vez, fue el 4 de septiembre de ese mismo año, después de que Céspedes fuera destituido. Entonces sobrevino el período de la Pentarquía donde Ramón Grau San Martín, Porfirio Franca, Sergio Carbó, Guillermo Portela, y José Miguel Isarri compartieron asiento como presidentes. El 18 de enero de 1934 fue la última vez que en Cuba hubo más de un presidente, cuando fue Sterling destituido, ocasión en que Carlos Hevia y Carlos Mendieta ostentaban ese mismo cargo.

Carlos Manuel de Céspedes y Quesada

8.  Carlos Prío Socarrás fue el presidente cubano que le desembolsó a Fidel Castro alrededor de 75 mil dólares, para su gesta revolucionaria, con la que Castro compró el Yate Granma, una Finca en la que organizó la expedición de regreso a la isla y la logística necesaria para la misma.

Carlos Prío Socarrás


viernes, 4 de marzo de 2022

3 poemas de Dulce María Loynaz (Fotos + Podcast+ Poemas)

 


"Quién pudiera como el río, ser fugitivo y eterno"

                                            Dulce María Loynaz

 

 

 

 

 

 

 

Quien nos viene acompañando desde nuestro canal de podcast, bautizado con el mismo nombre del blog, sabe lo apasionados y maternales que somos con la amada Dulce María. La amorosa señora que descendía de un bravío mambí llamado Enrique Loynaz del Castillo, que fue quien escribió las letras del Himno Invasor independentista.  Dulce María Loynaz sería su sagrado seudónimo, con el cual nos escondió un nombre tan santo que para muchos es desconocido, porque si le decimos, a secas, María de las Mercedes Loynaz Muñoz, seguro que no lo asociaría a ella.

Lo que sí muchos saben sobre esa grandiosa estirpe de personas ilustres, es que ella es una muy honorable heredera. Y lo curioso del caso de la familia Loynaz Muñoz, es que a pesar de su  alta preparación, jamás asistieron a la escuela, pues sus padres asumieron la enseñanza alternativa como la vía correcta para críar a sus hijos. Solo llegados los cuatro Loynacillos a la Universidad, fue que se insertaron al sistema educativo formal de las primeras décadas del pasado siglo.

De eso no vinimos en esta ocasión a hablar, sino de unos poemas tan profundos y bellos como la vida misma de la Loynaz. Esa a quien unos cuadros políticos revolucionarios tildaron de loca para robarle lo más preciado por ella: sus ganas de escribir. Lo que sí lograron arrebatarle fue a su esposo, que no pudo entrar a Cuba por más de diez años. La Premio Cervantes vió cerradas las puertas que tanto se le abrieron en el mundo de la publicación literaria por muchos años por su rechazo a algunas acciones tomadas por la Revolución que afectaron a intelectuales y artistas.

A tono con todos los infortunios de los que fue víctima, y los merecidos galardones ganados por esta mujer que respiraba solo amor y auténtica cubanía, ella nunca dejó de escribir. Su amor por los perros la mantuvo unida a una realidad insoportable y dolorosa, donde su prestigio fue su látigo en una sociedad plagada de crueles errores. Siendo sus poemas los mejores catalizadores de ese espirítu bondadoso, enamorado, atormentado y enloquecido:

La sonrisa

Viendo allí todavía la sonrisa
de aquel Cristo tan pálido yo estaba:
 
Y era apenas sonrisa la imprecisa
medialuna que el labio dibujaba,
la albura melancólica y sumisa
de los dientes, que un poco se dejaba
ver la boca entreabierta...
 
La camisa
de brocado violeta le tiraba
de los frágiles hombros.
 
(Plata lisa
y oro rizado en el altar...)
 
Flotaba
en el silencio el eco de una risa,
de un murmullo que el aire no acababa
de llevar, mientras lánguida y remisa
la gente entre los bancos desfilaba.
Hacía ya algún tiempo que la misa
había terminado y aun volaba
leve el incienso; el soplo de la brisa
deshojaba las rosas y apagaba
los cirios...
 
La gran puerta de cornisa
barroca lentamente se cerraba
como un plegar de alas...
 
Indecisa,
sobre la faz del Cristo agonizaba
la luz... Despacio, luego más aprisa,
se puso todo obscuro... No quedaba
más que el Cristo sonriendo en la repisa.
 
Y cuando el Cristo se borró... yo estaba
viendo allí todavía la sonrisa.

Tú, paz mía...

Tú, paz mía...
Aceite sobre mi mar en remolino,
gusto, sal de mi vida.
 
Tú, espejo milagroso
que no reflejas mis tinieblas
y reflejas la luz que ya no es mía...
 
Tú, jazmín dormido...
Estrella descolgada
para mi cielo tan vacío...
 
Amor Tardío 
 
Amor llegas tarde,
traéme al menos la paz:
Amor de atardecer, ¿por qué extraviado?
camino llegas a mi soledad?
Amor me has buscado sin buscarte,
no sé qué vale más :
la palabra que vas a decirme
o la que yo ya...

lunes, 28 de febrero de 2022

Guillermo Dressler y la Torre Eiffel (Fotos + Podcast)

 

Si hay un símbolo en el mundo que despierta pasiones, además de aquél que te hace libre (que, claro está, es el amor), ambos son los íconos de dos grandes ciudades en las que solo se respira modernismo y una rara sensación de alta cultura. Y si ya te la imaginabas, o no te acordabas de su nombre, te lo confirmo y te digo que es la Torre Eiffel, o La Dame de Fer (La Dama de Hierro en su traducción al español) que es como se le conoce en Francia, sin dudas un lugar enigmático e icónico al que todos aspiramos visitar algún día.

Sería osada al afirmar, que pocos conocen la verdadera historia detrás de su construcción y la maravilla arquitectónica que es.  Con sus 324 metros de alto, la puedes divisar desde varios puntos de París, la ciudad que bien vale una misa, y que muchos se la han ofrecido, con todo y bombos. Esta urbe esconde un vínculo con Cuba y su torre tiene la llave para develar tamaño misterio. Si yo le hablara de Guillaume Dressler, pensarían que es otro francés más, sin transcendencia alguna y que nada tiene que ver con el tema a tratar, y estarían muy lejos de la realidad. 

El plano de Koechlin/Plano Original 

Porque, para empezar, ni siquiera ese era su verdadero nombre -sino una traducción de su verdadero apelativo, esta adaptación viene incluida la omisión de un apellido y casi de su nacionalidad-, porque francés no era; sino, un cubano que llegó  a París -con solo 16 años- proveniente de La Habana, para hacer historia, como muchos cubanos que han destacado alrededor del mundo. 

Haber rebobinaremos un poco en la semblanza de Guillermo Pérez Dressler (su nombre verdadero) para que no se nos enrede la pita; Dressler es nacido en una de la villas habaneras más antiguas de la isla, y la más musical del occidente es la muy famosa Guanabacoa.

La bonanza de Guillermo estuvo avistada desde pequeño, ya que, su destreza en el dibujo no pasaba desapercibida, además de poseer muy buen "ojo clínico" para el diseño arquitectónico (esto último desarrollado en su adolescencia). Esa magnífica cualidad dejó una agradable sorpresa a su mentor, que le buscó un lugar, por medio de una beca, en la prestigiosa universidad parisina que lleva el nombre de -Le Sorbonne (La Sorbona)-. Al llegar a Francia en busca de un lugar en el mundo y para salvar a su familia de la ruina en que vivía luego del fallecimiento de su padre, se cambia el nombre a Guillaume. Y a los 21 años se recibe con honores, permitiéndole acto seguido de graduarse despegar su carrera profesional en la firma Dumouriez, Valmy et Frères.

Línea de tiempo en la construcción de la Torre Eiffel/Archivo

Su labor destacada como arquitecto le facilitó realizar las obras reconstructivas del puente Peronet, funcionándole como trampolín para el inminente salto a la fama que le ocurrió dentro del mundillo de los arquitectos franceses. Por lo que, fue una parte importante en los trabajos de la construcción de la autopista Vichy-Nantes, diseñó también el emblemático edificio Charpentier y la majestuosa Catedral de Bersy.

Este cubano-francés no solo tuvo la fortuna de trabajar con tan prestigiosa compañía Dumouriez y los contratos que le mantenían en constantes trabajos,  la casa real se interesó por su trabajo y experiencia, y luego de la muerte del rey Ludwing II (Ludwig Otto Frederik Wilhelm) de Bavaria, es contratado para crear la casa que le daría cobijo a la eternidad del monarca en la ciudad de Münich. Lo bueno que ésta no sería su única obra en Alemania, pues se le encargó la construcción de Nomer Platz y más tarde el Hotel Ciboulette du Lac, la obra que lo llevó de vuelta a París. 

Línea de tiempo completa de la construcción de la Torre Eiffel/Archivo

Aunque lo mejor de su carrera estaría por llegar, cuando su amigo Gravier de Vergennes se entera de que Gustave Eiffel necesita un ayudante y pone a ambos en contacto. Eiffel llega a confíar tanto en el cubano que deja bajo su cargo el diseño de una cuarta parte de la torre. Y, debido a que Eiffel no toleraba las alturas, Dressler supervisó su ejecución hasta su terminación. Lo triste de la historia de Guillermo, es que, a pesar de su relevancia, que el mundo tuvo la oportunidad de visitar apartir del 31 de marzo de 1889, nunca se le dió crédito alguno a Dressler, ni Eiffel lo reivindicó como merecía. Otro episodio más de injusticia con uno de nuestros más destacados coterráneos.

 Vista de la Torre Eiffel desde el Río Sena

La reina Victoria del Reino Unido vió el valor de Dressler y lo contrató para que realizara el diseño y fuera el maestro de obras del The Victoria and Albert Museum, ubicado en la periferia de la ciudad de Londres.

Fatídicamente, luego de terminar la edificación encomendada por la reina Victoria, sale en un barco llamado HMS Forepina, y el 4 de agosto de 1889 la nave es víctima de una fuerte tormenta en el estrecho de Dover, a la que solamente sobreviven 4 personas, pero ninguna fue Guillermo Dressler, y su cuerpo nunca pudo ser recuperado.

Bases de la Torre Eiffel/Archivo

A Guillermo Dressler el tiempo le jugó como el mayor y más radical de los enemigos, pues esas aguas le robaron su aliento y casi llevan a la tumba el conocimiento de su obra; pues solo Gustave Eiffel, Emile Nougier y Maurice Koechlin (ingenieros de la Compañía de Eiffel) figuran como ejecutores y firmantes en los planos de la torre. Guillaume jamás se le ha tomado en cuenta, incluso cuando a día de hoy ya se sabe cómo sucedieron realmente los hechos alrededor de la historia del nacimiento de la Torre Eiffel parisina. Sirva este episodio como un humilde y póstumo homenaje a ese cubano ilustre.

Gustave Eiffel

La construcción de la Tour Eiffel en números:

- 18,038 partes metálicas
- 5,300  trabajos de diseño
- 50 ingenieros y diseñadores
- 150 trabajadores en la factoría de Levallois-Perret
- Entre 150 y 300 trabajadores en la construcción en obra
- 2,500,000 remaches
- 7,300 toneladas de hierro
- 60 toneladas d epintura
- 2 años, 2 meses and 5 días de construcción
- 5 elevadores



 

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