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sábado, 23 de octubre de 2021

9 Curiosidades del Teatro Nacional del Guiñol Cubano (+Podcast)

Con la creación del Teatro Guiñol se formaba una nueva era en donde los mejores del país se unían en una unidad artística y creaban la magia intrínseca que despierta el Guiñol, y por muchos años así fue. Tristemente el Teatro Guiñol de Cuba, de ser un retablo frondoso y lleno de vida, pasó a ser guardián de muchos secretos que son necesarios desvelar para que resurja el hermoso arte que algún monstruo intentó hundir y que hasta el día de hoy no ha podido volver a levantarse con la fuerza de aquellos años dorados. Por eso, hacernos eco y conocer todos los datos, actores y curiosidades relacionadas debería ser una inquietud de todos los cubanos y de todos los que aman la isla y su cultura. Sin más, comencemos:

  1. Al triunfar la Revolución Cubana en 1959 se comienzan a nacionalizar salas de cine como la que es actualmente sede del Guiñol Nacional, en los bajos del edificio Focsa, aunque esta locación no fue la única; en 1960 se inauguró la sala "Francisco Covarrubias" en el Teatro Nacional de Cuba. Otro cine que se convirtió en teatro fue el bautizado "Mella" en 1961, La sala "Hubert de Blanck" comenzó a ofrecer funciones de guiñol en 1964 y la última que abrió las puertas para obras de teatro de títeres fue la sala teatro "El Sótano" en 1968, todos ellos en los primeros 10 años de la Revolución. 
  2. "Changó de Ima" fue una obra creada y dirigida por Pepe Carril para el guiñol. Esta puesta en escena marcó la vida artística del actor Ulises García, quien expresó que "(…) le exigió desdoblarse de una manera inimaginable (…)". 
  3. La obra "La Corte Del Rey" estuvo sin estar en cartelera por más de 30 años hasta que Pepe Camejo la volvió a estrenar en la década de los 60.
  4. En la obra mencionada antes la invitada especial fue la actriz Candita, quién participó en su estreno en los años 30.
  5. La obra "La Corte del Rey"  dirigida por Pepe Camejo fue un gran éxito y se enfrentó a duras críticas por parte de la comunidad católica de la isla causando casi su censura.
  6. Existió un mote que funcionaba como una especie de "título nobiliario" dentro del mundo cultural de aquella época para nombrar a familias consagradas dentro del arte cubano. Este mote era "Feudo"  y solamente 3 familias lo ostentaban: Los Alonso en la Danza, Los Revuelta en el Teatro y Los Camejo en el Teatro Guiñol.
  7. La obra "Cecilia Valdés" adaptada al Teatro Guiñol por la consentida Carucha Camejo jamás se estrenó por los problemas que hubo en el año 1971 entre los funcionarios decisores gubernamentales y el arte, a pesar de que ya tenían repartidos los personajes y haber realizado múltiples ensayos.
  8. La persona que introdujo a Ulises García, Carlos Pérez Peña y Alonso Lastres al Guiñol en el tiempo de los Camejo y Carril, fue Modesto Centeno.
  9. Quien estrenó la obra "Cecilia Valdés" después de la  puesta en práctica del proceso de "Parametración" fue Modesto Centeno y según el actor Ulises García no fue una buena obra, ni tuvo éxito entre el público, ni de la crítica especializada.

Yo soy de las que aún guarda la esperanza que el Teatro Guiñol de Cuba vuelva a ocupar ese espacio que por muchos años perteneció a las tablas cubanas en el panorama internacional. El teatro de títeres es un arte necesario en estos tiempos como un regreso a las esencias, y todos estos años han sido testigo de ello. Es necesario un lugar donde se pueda ver el legado de los Camejo y Carril; y los nuevos titiriteros ponen sin duda alguna todo su empeño en mejorar su técnica y llevar a todos los rincones del país esas marionetas movidas por los hilos del corazón.

viernes, 22 de octubre de 2021

Ulises García, el soñador del Teatro Guiñol Cubano (Fotos + Vídeos + Podcast)


Foto: Ulises García y Alelé_ Cuba encuentro

Ay Ulises, cuánto extrañamos verte títere en mano e interpretar junto a Alelé, ese muñeco de guante que deleitó a varias generaciones de cubanos. Desafortunado mi momento, mi época  que se perdió esas obras que pertenecen hoy a una parte de la gran historia del arte cubano y que se ha extraviado en las alas del tiempo. Muchos no saben tu nombre, otros no conocen tu legado, de lo que sí estoy segura es de que andas revoloteando por el Teatro Guiñol como buen ángel de la guarda cuidando que el espíritu titiritezco nunca muera.

Ulises García fue de los pocos titiriteros que tuvo la suerte de poder estar ahí junto a los hermanos Camejo (Pepe y Carucha) y Pepe Carril; fue su discípulo o aprendiz. Caminó entre grandes puestas en escena como: La Celestina, El Pirulero de Ernesto Lecuona, Comino y Pimienta vencen al diablo, Mefistoféles, El cartero del Rey, Changó de Ima, Cecilia Valdés, El Maleficio de la Mariposa, y otros tantos.

                                                                                                      Ulises García y Rubén Darío Salazar

El encuentro con el arte de los hermanos Camejo y Carril, según sus propias palabras, fue (…) de lo mejor que le pudo ocurrir (…), sin embargo, la decisión de Pepe Camejo de llamarlo a trabajar con el guiñol de manera definitiva terminó en desacuerdos con el director Alfonso Arau. García conoció a los tres primeros por medio de su profesor Modesto Centeno, quien se encargó de establecer los nexos entre él y el grupo de los Camejo y Carril para trabajar con ellos en el Guiñol Nacional. Lo más gracioso de todo eso es que Ulises comentó en diversas ocasiones que jamás estuvo interesado en trabajar o experimentar con los títeres. A veces este tipo de casualidades lleva a caminos insospechados y grandiosos.

Según el propio Ulises García en entrevista otorgada a Rubén Darío Salazar, recuerda cuando Pepe Camejo le dijo "(…) te vas conmigo para Santiago de Cuba (…)". En ese momento Camejo iba a estrenar la obra "Comino y Pimienta vencen al diablo"; siendo el estreno en las tablas de Ulises y su primera gira con el Guiñol, y ese hecho le despertó el amor por este arte escénico. Confieso que si hubiera sido mi caso, al igual que Ulises, me hubiera enamorado; imposible no hacerlo cuando estás rodeado de personas apasionadas por algo tan bello y edificador.

El grupo de los Camejo y Carril no fue con las únicas personas con quienes colaboró, estudió o trabajó. Su lista de colaboradores es bastante extensa e incluye a Raquel y Vicente Revuelta; y a Kike Capablanca, que a pesar de ser esa la primera incursión en el Teatro Bufo de Kike, éste lo invitó a colaborar en la obra "Mefistófeles" de Ignacio Sarachaga. En la entrevista antes mencionada Ulises habla sobre los titulares de los periódicos al otro día del debut en el que decían "(…) Ulises García triunfa en la obra (…)", relata también que a partir de ese momento su mundo en el arte se comenzó a abrir y lo llamaban para formar parte de casting importantes.

Sin embargo, su amor por los títeres triunfó, sobre todo lo demás, aunque cabalgó por muchas ramas del teatro de manera exitosa. Ulises es de esos actores que no te cuestionas su talento, incluso te planteas que es innecesario hacerlo, sería un gasto inútil de neuronas. Dejó testimonio de su talento en cada obra que participó y en los llamados que le hicieron, confesando él mismo, que lo hacía de manera disciplinada. Tristemente, de ese tipo de actores nos quedan muy pocos.

Y entonces... un programa comenzó a posicionarse dentro de la cartelera infantil en el año 1967 y era más ni menos que "Amigo y sus amiguitos"  que pasaba a través de la Televisión Cubana, estaba dedicado al público infantil y en cada episodio narraba una historia diferente. Historia que era contada por títeres; de ahí nació Alelé, un personaje neuronal dentro de la trama de cada historia. Muchos recuerdan estar pendientes de la hora en que pasaba cada episodio y verlo en esos cachivaches "Caribe" en blanco y negro, y a pesar de la baja calidad de la transmisión propia de la época, la magia que transmitía el programa no tenía comparación.

 

Vídeo de Amigo y sus Amiguitos

Participaba un casting consagrado y estelar, como la actriz Consuelo Vidal que daba vida a Amigo. No había ninguna duda de que ese programa no podía fracasar; era imposible y punto. Sacaba una sonrisa a la persona más amargada, yo solo he podido disfrutar el programa a través de YouTube y me imagino verlo en vivo como si estuviera viendo su estreno en esas pantallas sin color. Mi imaginación siempre ha sido mi fiel aliada, lo imagino como un programa que limpiaba las angustias y las penas y visualizo una reunión entre niños curiosos e imaginativos.

¡Qué derroche de talento en las actuaciones! Desde mi posición, unos adultos haciendo reír a niños e imitándolos, es llevar la actuación al plano de la genialidad. Las apariciones de Alelé en el programa como el niño gracioso y perspicaz (al menos, así lo percibo yo) y de esa misma manera quiero recordar a Ulises García. Su partida a España por medio de un contrato laboral cortó definitivamente su carrera dentro del retablo y murió en esa misma ciudad recordando aquellos momentos memorables de la época dorada de la cultura cubana. Les recomiendo que lo recuerden con esa sonrisa amplia y pícara, es la clave para nunca olvidar su legado, yo solo puedo decir: gracias por hacerme disfrutar tanto de tu despliegue actoral.

El Centro Nacional de las Artes Escénicas así lo despidió por medio de un extenso obituario:

(…) "Al marcharse Ulises por los caminos de la eternidad, nos deja una nostalgia incurable, pero también la certeza de haber compartido con su persona y su arte un tiempo único, que pertenece por derecho propio a los bronces de la cultura nacional (…)"


Pepe Carril y su Teatro Mítico, o arte del olvido (Podcast + Fotos)

 

Pepe Carril fue un exponente de la cultura cubana para quien, ni el ostracismo que vivió Virgilio Piñera, ni el trastoque otorgado por psicólogos sin título a Dulce María Loynaz, ni el destierro literario de Lezama Lima se pueden comparar con su situación. Pepe Carril fue la tercera pata de la mesa de la fundación del Teatro Nacional del Guiñol. El Carril de Pepe fue muy distinto, ni los libros se acuerdan de esas funciones majestuosas que realizó junto a los hermanos Camejos por ese siglo XX, que se tragó, al estilo del Triángulo de las Bermudas, a muchos cubanos de los que ni las huellas esparcidas que hubieran podido dejar, podemos seguir.

Murió junto a los títeres de Carucha y Pepe Camejo, y nunca más se supo de él. Pobre de nosotros que no tenemos el derecho de rememorarlo. Su delito lo dictó la "Parametración"; sí, eso mismo, muchos de los nacidos en Cuba hemos olvidado esa palabra, unos por conveniencia, otros porque no quieren revivir esa etapa, y otros porque no han tenido la oportunidad de indagar los capítulos más oscuros de la historia de la isla. Pepe y la parametración van de la mano, pues la padeció de la manera más cruel e injusta que se pueda imaginar.

Hay que ofrecer el contexto para que se pueda entender: la parametración formó parte de un tiempo bastante oscuro, y aún antes de que ésta se aplicara, ocurrieron algunos percances. El comienzo de todo fue en el mes de Junio del año 71 del pasado siglo. Yo lo bauticé como el inicio de un período de guerra entre el gobierno cubano, los artistas, y por supuesto, el arte; como había mencionado en otro escrito. Este proceso, que más bien fue una cacería de brujas, se convirtió en una pesadilla en la que intelectuales y artistas experimentaron ostracismo, dolor, separación, censura, descalificaciones, humillaciones, y hasta cárcel por motivos ideológicos que nada tenían que ver con la cultura.

Tomando como referencia la famosa reunión entre intelectuales y funcionarios encabezada por Fidel Castro Ruz, conocida como "Palabras a los intelectuales", en donde muchos artistas e intelectuales hicieron uso de la palabra, y la que tuvo más relevancia fue la de Virgilio Piñera, cuando a petición de todos los intelectuales expresó la inseguridad que sentían muchos por el posicionamiento de la Revolución con respecto a ellos, a lo que Fidel respondió con las famosas palabras: "Dentro de la revolución, todo; contra la revolución, nada" .

Pepe Carril

A partir de ahí un camino se comenzó a marcar, y desde la revista Verde Olivo se publicó el 11 de abril de 1965 el libro El socialismo en Cuba, escrito por Ernesto Guevara de la Serna, más conocido por "Che", donde éste afirma que "el pecado original" de los intelectuales fue no haber luchado u oponerse a Fulgencio Batista. 

Eso fue la punta del iceberg que destruyó al Titanic cultural cubano, y en el Primer Congreso de Educación y Cultura llevado a cabo entre los días del 23 y 30 de abril de 1971 todo se balanceó, se definió y se desencadenó una cacería de brujas que se expresó en cierres de proyectos culturales, la no edición o publicación de libros, películas que no se realizaron o se cancelaron en medio de su producción, se tildó de "decadente" a casi toda la música del momento e incluso obras clásicas, obras danzarías que no se realizaron más y tanto el teatro tradicional como el de títeres sufrieron muchas transformaciones que, más allá de favorecerlos, les restó vida. Ese Congreso llevó al camino de la radicalización ideológica dentro de la cultura con respecto a los creadores dentro de la isla y con los cultores radicados en el exterior.

Dirán ahora ¿por qué explico todo esto? y -¿Qué tiene que ver con Pepe Carril?- pues todo está conectado. Carril fue uno de los más afectados por estas medidas, al igual que sus compañeros de escena. Fue encarcelado junto a Pepe Camejo y luego tuvo que marcharse del país a vivir en un exilio doloroso y mortal. Y que no tengamos casi ningún dato de su vida y obra es la consecuencia de una series de decisiones gubernamentales mal tomadas.

Es ahí cuando te preguntas: -¿Cómo un hombre de su talla desapareció casi sin dejar rastro?- sólo por medio de aquellos que lo conocieron, por los libros que escribió y que están a la venta en muchas páginas en el ciberespacio, o por medio de los osados grupos de teatro que han re-estrenado sus espectáculos, tales como Teatro Mítico, donde se recogen todas sus obras de teatro, Changó de Ima entre otras, que deberían ser declaradas Patrimonio de la Cultura Nacional y son obras altamente recomendadas.

 
                                        Foto: Cuban Theater Digital Archive_ctda.library.miami.edu                                                   

Las respuestas a esas preguntas de los párrafos anteriores están respondidas a lo largo de este artículo. Es una gran pena que tengamos que escribir estás líneas casi a ciegas, ya que de este teatrólogo y actor hay muy poco que encontrar desde el momento que la cultura cubana fue -medida por cuestión de varones con respecto a las plumas- como se refería Samuel Feijóo a este período. No vean mal mi comparación, en nuestra isla sucedió así, y tristemente aún sucede, es cuestión de malas costumbres arraigadas, porque todo esta sujeto al sistema y su política que en su mayoría es machista.

Pepe Carril hoy es casi un fantasma y un cuasi olvidado, no debería estar en el lugar al que lo relegaron por su preferencia íntima y su círculo de amistades; se merece más por lo que fue y nos legó. También deberíamos ser más críticos con lo que consumimos y desechamos, a veces no somos conscientes de lo que perdemos. La cobardía, el odio y la intolerancia permitieron que esos tiernos muñecos de papier maché del Teatro Nacional de Guiñol junto con sus creadores desaparecieran bajo esa pira ardiente que fue la primavera negra. Quienes manejan los hilos de la cultura tienen el deber moral de reivindicar a los Camejo, Carril y a todos los demás artistas que enviaron a la oscuridad. Ay Carril, queremos darte las gracias en donde quiera que estés y que nos perdones porque ellos cumplieron su cometido de enviarte al olvido.


miércoles, 20 de octubre de 2021

11 curiosidades que debes saber del Teatro Guiñol Cubano (Fotos+Podcast)


El Guiñol es una rama del arte que ha tenido una fuerte presencia desde el mismo comienzo de la colonización española en la isla. El 14 de marzo de 1963 se materializó la idea de constituir una unidad artística por parte de tres personas que fueron Caridad Camejo, José Camejo y Pepe Carril; aunque ya desde 1949 ellos andaban con sus títeres al hombro, plantando sus ilusiones en varias escuelas de la capital cubana. Muchos aseguran que desde ahí ya se había conformado el Guiñol Cubano, como institución y grupo artístico profesional. Otros manifiestan que con ellos se comenzó a cocinar lo que sellaría por todo lo alto la época dorada del arte titiritero cubano. Es por ello que aquí te mostramos 11 curiosidades del Teatro Guiñol o Teatro de Títeres Cubano.

1. La escritora Dora Alonso fue la que creó la historia del Títere Nacional, llamado "Pelusín del Monte", en colaboración con los hermanos Camejo y Pepe Carril.
 
Dora Alonso y Pelusín del Monte

2. El creador del títere Pelusín del Monte después de la Cancelación de los fundadores del Guiñol fue Armando Morales. 
 
Armando Morales y Pelusín del Monte
 
3. La primera manejadora y voz del títere "Pelusín del Monte" fue Carucha Camejo.
 
4. Los antecedentes de la creación de "Pelusín del Monte" vienen del Siglo XIX, de mano del famoso "Pinoccio" de Carlo Collodi y el Francés "Guignol" de Mourguet.
 
5. El año en que nace realmente el Teatro Guiñol cubano fue 1956, cuando se unen Carucha y Pepe Camejo con Pepe Carril.
 
                                             De izquierda a derecha Pepe Carril, Carucha Camejo, Pepe Carril
 
6. La primera sede del Teatro Nacional del Guiñol fue el cine "Focsa", que desde el propio Triunfo de la Revolución Cubana funcionó como el cuartel general de esta manifestación artística. Aún existe, y continúa cumpliendo la misma función, aunque ya no es la única locación dedicada a las presentaciones de teatro de títeres, sigue siendo la más importante. 
 
 
   Cede del Guiñol Nacional en La Habana

7. Los principios fundacionales del Teatro Guiñol fueron: difundir lo mejor del arte universal, la cultura y las tradiciones nacionales, reunir a todos los titiriteros de Cuba para crear un gremio fuerte, intercambiar técnicas, maneras y estéticas, asumir el arte de títeres como una manifestación capaz de crear sentimientos profundos en quién presenciara sus obras sin discriminar entre  niños o personas adultas. 

8. Grandes escritores como Dora Alonso, Abelardo Estorino, Modesto Centeno, Reinaldo Arenas y Freddy Artiles colaboraron activamente en las adaptaciones teatrales en colaboración con  los hermanos Camejo y Pepe Carril.

9. Si se busca en EcuRed (una versión cubana de Wikipedia) sobre Carucha Camejo no sale nada importante después de 1967 exceptuando la mención sobre los premios que le otorgaron en 1994, 2001 y 2012. 
 
Carucha Camejo
 
10. Si se hace una búsqueda sobre Pepe Camejo sólo se encontrarán menciones sobre algunas de sus obras, premios y alguno testimonios de personas que lo conocían, como su hermana.
 
 
 Pepe Camejo/Archivo
 
 11. En el caso de Pepe Carril la investigación sobre él, su obra, y legado es más escasa que los Camejo.
 
La idea de Carucha y ambos Pepes de dar vida al teatro de títeres; y que no estuviera destinado a ningún grupo etario en específico, sino que permitiera la creación y adaptación de obras para todos, ha sido, sin temor a equivocarme, la guía para todas las generaciones de actores que los sucedieron. Sus ideas fueron el impulso y el despertar de un arte que, aunque tenía presencia desde hace muchísimos años antes, ellos fueron los que afianzaron esta tradición de manera profesional. Su etapa duró unos años durante los cuales el guiñol tuvo un nivel de factura muy alto y jamás ha vuelto a tener el nivel artístico de ese momento. Se asentaron como referencia cultural, y dieron paso a iniciativas artísticas que comenzaron a surgir por toda la isla como El Guiñol de Oriente.

martes, 19 de octubre de 2021

La Muerte del Arte Cubano, adiós al Guiñol. (Podcast + Fotos)


Y llegó la parte oscura de la luz de los Camejos a pesar de tener un recorrido impecable,  admirable y que  la Revolución Cubana los reconociera por lo que eran, cosechando todo lo que su talento les permitió dentro de las tablas cubanas. Su ejecución fue implacable, pensada por el más frío de los asesinos. La revolución de libertarios se vistió de Papa del medioevo y preparo su tribunal sagrado para dictar la peor de las sentencias, a esos que solo llevaban como brujería su arte y nada más.  A esos la frase de "La Historia me absolverá"  les sirvió para demostrar que esa línea jamás fue mejor expresada; como cuando a Carucha le fueron retirados sus hijos. Los títeres que ella creó y amó como a su carrera y vida misma. Los desecharon como basura, pero la mayoría tuvo su final en una hoguera ardiente típico de las piras que le daban fin a las brujas por manos del Holocausto Sagrado, y a los Pepes sus vidas tuvieron un final de película de terror donde ellos eran las presas a cazar.

Según palabras de Roberto Méndez y sito:

(…) por aquellos días, Carucha junto a su hermano Pepe Camejo y el otro Pepe, Carril y un grupo pequeñísimo de actores que eran también discípulos, habían logrado que el arte de los títeres desarrollado por ellos rebasara las fronteras nacionales y encontrara reconocimiento en varias naciones europeas, como ocurrió con el montaje de Don Juan Zorrilla. Cuando la UNESCO publicó, en francés, un gran volumen fotográfico, titulado Marionettes du Monde, junto a los antiquísimos muñecos del teatro balinés, a las marionetas sicilianas y a los títeres del Guignol parisino, estaban varias imágenes de las puestas concebidas por los Camejo (…)  

(…) Su carrera vino a caerse a mediados de 1971, cuando el Consejo Nacional de Cultura decidió, como parte del incalificable proceso llamado “Parametración, realizar un “operativo” para tomar la sede del Guiñol en el edificio Focsa, desaparecer sus libros y muñecos y poner en la calle a sus fundadores. La artista (…) vio clausurada así su trayectoria de apenas un par de décadas, pero jalonada de importantes reconocimientos internacionales. Se refugió en su casa. Padeció serios trastornos nerviosos (…)

(…) Aquel “operativo” significó, si no la desaparición del género en Cuba, una importante laguna en su desarrollo, de hecho, la isla quedó por mucho tiempo al margen del movimiento internacional de títeres y en el plano nacional parecieron instaurarse el conformismo y la rutina, como sucedió con otras manifestaciones. Sólo algunos discípulos como Ulises García y Armando Morales pudieron transmitir parte de aquella sabiduría en su quehacer de los años siguientes. Todavía hoy, lo mejor de la labor titiritera, por ejemplo el quehacer del Teatro de las Estaciones, de Matanzas, invoca con frecuencia, como parte de sus bases estéticas, sus nexos con el mítico Guiñol de los Camejo (…) 

El final de los Camejo y Pepe Carril fue de los más tristes, pero a la vez muy reveladores para algunos; ya que, esos otros vieron el verdadero rostro de las personas que los venían a salvarlos. Unos padres de familia vestidos con pijamas verde olivo plagados de ignorancia, furia y desprecio por aquellos hijos rebeldes que no quieren obedecer a sus padres.  El castigo a sus hijos fue ejemplarizante y doloroso. Tanto que Carucha salió de Cuba a través de Venezuela en 1984 y de allí, terminó en la Ciudad de ciudades... Nueva York. Donde ejerció labor de profesora de español aunque nunca abandonó su pasión por los títeres. Tuvo la oportunidad de visitar Cuba en dos ocasiones por temas familiares. Pero la venció el cáncer en el año 2012.

 En el caso de Pepe Camejo fue aún más doloroso, ya que, murió en los Estados Unidos en la ciudad que su hermana también terminó en el año 1988, después de salir de Cuba y estar preso acusado por ser cómplice del que fuera el escritor maldito de las letras cubanas Reinaldo Arenas.  De Pepe Carril bastante poco se sabe y aún estoy en búsqueda de muchos datos que se perdieron a propósito, por descuido o desinterés.

El año 1971 en Cuba para muchos fue, es y será recordado  como la etapa que el sistema le declaró  la guerra a la cultura. El "Quinquenio Gris", como lo llamaron no solo ocupó cinco años en el espacio temporal cultural y social cubano. En la Actualidad podemos ver casos en los siguen valiéndose de esas prácticas que ya no lleva el nombre de "parametración" para desechar a artistas y censurar al arte que nació como protesta contestataria que no conoce de ideologías, ni de política.

 Nunca se  debió pasar por situaciones o momentos como estos. Al final esos caminos por los que transitó no llevó a ningún lado y ni tampoco la cultura ganó o ganará.  Simple, su desencadenamiento se tradujo en la desaparición del Teatro de Títeres cubano de un día a otro y de ahí solo nació el olvido y el desencanto. 

Recuerdo cuando de pequeña mi mamá me hablaba de una obra que ella recordaba con cariño, hoy ella tiene 54 años y la vivió a plenitud. Esa pasión que despertó sus palabras que para mí no tenía ningún sentido fue el detonante para que al crecer quisiera que lo conociera. Pelusín del Monte es el títere cubano que nos recuerda la abundancia de la campiña cubana y la bravura de los guajiros de esta tierra que la baña el  Mar Caribe.

   Todos lo recuerdan con amor, y que decir de los Camejo. Mi madre me decía siempre: ¿Cómo condenar aquellos que llevan y destilan a Cuba en todo momento? El tiempo nos ha respondido esa pregunta de muchas maneras pero la de estos tres fue de las peores repuestas que alguien pudo recibir. 

Según Rubén Darío Salazar y Norge Espinoza Mendosa en su libro “Mito, verdad y retablo: El Guiñol de los hermanos Camejo y Pepe Carril” expresaron y sito:

(…) Aquí hubo personas contra los muñecos y contra los Camejo. Los arrinconaron para quemarlos o que se pudrieran, ¿ dónde están los muñecos?... era más fácil quemar muñecos que a ellos (…)

sábado, 16 de octubre de 2021

Anuncio de una muerte premeditada (+Podcast)


                                                        Los hermanos Camejo y Pepe Carril/Archivo

Los hermanos Camejo iniciaron estudios en la Academia de Arte Dramático (ADAD) en 1947 y de ahí se graduaron en 1949. En ese mismo año comenzaron a practicar la actuación mediante su retablo ambulante, con el cual ofrecían funciones en las escuelas públicas de la capital. En 1950 fueron contratados para una “misión cultural”. Esta misión consistió en promover la cultura cubana y sus tradiciones por medio de las marionetas. Por lo tanto, a partir de ese momento serían nada más y nada menos que un instrumento pedagógico por excelencia, sujeto solo a la imaginación de estas dos personas extraordinarias.

Todo comenzó a situarse en su lugar cuando en 1963 Carucha y Pepe Camejo junto con Pepe Carril deciden fundar el Teatro Nacional Guiñol Cubano bajo el auspicio del Consejo Nacional de Cultura. Luego se incorporaron Carlos Pérez Peña, Ulises García y Alonso Lastre. Poco tiempo después se unirían Xiomara Palacios, Armando Morales, Ernesto Briel, Antonia Eiriz, Gildo Ginar y Antonio Vidal. Estos tres últimos no se dedicaban al teatro en sí, sino que eran pintores y representaban a la vanguardia de las artes plásticas del momento; colaboraban con Carucha sobre todo, y también con Los Pepe de manera activa. Ninguno de estos actores y colaboradores sobrepasaban los 21 años, por lo que tenían una responsabilidad bastante grande dentro del arte, aún más cuando habían fundado una institución y una unidad artística dentro de la recientemente nacida Revolución Cubana.

Aunque en sus principios muchos del alto mando del gobierno cubano no comprendían la función de esta expresión del arte, la dejaron ser en ese momento. Carucha y Pepe Camejo junto a Pepe Carril se dedicaron a investigar y montar obras basadas principamente en la cultura cubana y sus vericuetos. Esta etapa dio lugar a un período cultural muy interesante que arrojó luz a historias olvidadas, pertenecientes a la Cuba profunda y su imaginario. Tal es el caso de Chicherikú, Shangó de Ima; y clásicos como La Celestina, El Mago de Oz y La Cucarachita Martina. Los guiones de los dos últimos títulos los adaptó Aberlardo Estorino para las puestas en escenas de Carucha y Pepe.

Luego de un tiempo, los tres comenzaron a hacer sus trabajos en solitario, sin dejar de colaborar como grupo. Según la propia Carucha, en entrevista dada a David Arocha: Pepe era un clásico y en sus obras se notaba la hermosura que representaba con actos bien conformados, montajes altisonantes, atractivos y dirigidos al público infantil. Ella, por su parte, representaba a la aventura y la osadía, algo así como los mambises en la manigua cubana. Podías encontrarla en la madrugada ensayando para estrenar un espectáculo al día siguiente. El teatro de Carrril era más visceral, estaba construido desde las emociones, dedicado a públicos de todas las edades en su mayoría.

La Fundación del Teatro Nacional de Títeres no fue una labor fácil porque aunque tuvieron muchas ideas geniales, también muchos oponentes influyeron en su creación, desarrollo y finalmente la desaparición de esta expresión artística. Hasta el día de hoy la obra de Carucha, Los Pepe, Ulises, Carlos, Xiomara, Armando, Ernesto, Antonia, Antonio y Gildo siguen siendo eternas y sobrepasan la barrera del tiempo; dejándonos monumentos intangibles en sus adaptaciones y obras originales realizadas para el teatro de títere como:

  •  La Corte del Faraón
  •  Yo o Vladimir Maiakovky
  • El Reino de este Mundo
  • Venus y Adonis
  • Juan Tenorio
  • La Blancanieves
  • Cecilia Valdés
  • La Cenicienta
  • El Patito Feo
  • Don Juan  Zorrilla
  • Pedro y El lobo


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