Mostrando entradas con la etiqueta cultura cubana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cultura cubana. Mostrar todas las entradas

domingo, 26 de diciembre de 2021

Mis raíces tabaqueras cubanas (Fotos+Podcast)



 

Debo confesar que, hace muy poco tiempo comencé a probar los placeres que ofrece la tabaquería cubana, mi iniciación fue por manos de un Habano Siglo VI -conocido como el cañón del Habano-. Anteriormente a esto, mí reacción era  guardar distancia a toda costa  de aquellos que fumaban a mi alrededor, hoy después de unos cuántos tabacos y maridajes con bebidas y aperitivos; me declaro total amante de esta planta y del grandioso mundo que ha creado en torno a sus variedades. Tanto poder en una hoja seca cosechada y torcida por manos desconocidas, verdaderos dioses en la tierra. Si supieran el poder que vive en sus manos. 

Quise comenzar mi novel blog con este tema que hasta para los cubanos es totalmente desconocido e incluso solo lo asociamos a los tantos extranjeros que cada día conquistan nuestras calles, pero, en su momento no lo vi prudente y creo que ahora formaría parte del deleite en mis lectores. Esto del tabaco cubano es de otro mundo, porque, cuando se habla de la fuma entre conocedores locales y foráneos, no cesan de elogiar nuestro alucinante torcido, a veces ni esos  mismos que creemos que tienen más conocimiento de la fuma y su placer tienen todo el panorama de lo que vive dentro de una vitola.

Antonio Maceo con su tropa en Pinar del Río (Invasión a occidente)

Sin embargo, mi experiencia inicial vino de mi propia familia, mi abuelo es nacido en las más profundas y altas lomas de Candelaria un pueblito que antiguamente perteneció a la provincia de Pinar del Río, recuerdo como el mismo me contaba como mi longeva bisabuela la cargo siendo aún siendo esclava nuestro Titán de Bronce en la Invasión a Occidente por el Ejercito Mambí: "Hombre digno y ejemplar" decía y la verdad no se equivocaba nunca mí gran enciclopedia hecha abuelo. Mi bisabuela creció, el Titán murió y nacieron todos mis tíos abuelos hijos de un padre diferente al de él gran Ventura Manguela, pero que compartía la misma línea de sangre de su madre una esclava franco-cubana. Él padre de mi abuelo ese que nos regaló este color -"Totí"- como le decían a él por la mezcla con un bello  negro Lucumí que fue mí no conocido bisabuelo. 

Vicenta Manguela  (mi bisabuela con 103 años) foto reconstruida

Lo particular en esos tíos abuelos era que fabricaban tabaco y mí abuelo se sentía sumamente orgulloso de los grandes robustos que elaboraban sus hermano, y, que le regalaban. Él se los enseñaba a cada persona que llegaba de  visita a su -humilde choza- como le llamaba a mí casa en el Mónaco una barriada opulenta de La Habana, antes del 1959 y que al día de hoy sus casas levantan suspiros. Para mí poca fortuna cuando nací esos tíos ya habían partido de esta tierra y no legaron su gran conocimiento a nadie.

Ventura Manguela (mi abuelo) foto reconstruida

En las escasas crónicas que alcanzó mi abuelo a contarme, recuerdo como hablaba de sus hermanos, argumentado que: -(...) fumaban realmente como sí no hubiera un mañana...  y decía, que, grandes manos eran las que crean tamaña delicia (…)-. Con los años dejó de fumarlos, pero diariamente hablaba sobre el sabor a tierra  candelariense y el típico olor húmedo de quién despierta entre las nubes que le recordaba su pedacito de vida en aquellas lomas llenas de hojas de tabaco, en las que ver una vega repleta de hojas secándose era y es muy común, además de ver en primera mano a campesinos torciendo su propia bala marrona,  como yo le llamaba de pequeña al tabaco, era la historia de cada día en su niñez. 

Puedo afirmar que las raíces de mi familia esta cementada con la historia del tabaco pinareño. y a sí comienza esta serie sobre los deleites de esta tierra. Temporada que  no podía permitir que iniciara de otra manera en este mundo de crónica y podcast, simplemente no podría. Sería traicionar lo que me trajo al punto donde me encuentro actualmente y la manera en la que pienso sobre Cuba, mi familia y mi  mundo creativo, ya que, todo lo que escribo y el cavilar que he desarrollado a lo largo de mis 29 años.  De lo que sí estoy segura, es que, aún tengo mucho camino por recorrer, por lo que, solo quiero ser portadora de lo que hoy empieza a formar parte de mí cosmología personal. 

viernes, 12 de noviembre de 2021

Pelusín del Monte en sus 58 años (+Fotos)

 

 Pelusín del Monte, también conocido como el Títere Nacional nació de una historia creada por la escritora cubana Dora Alonso y adaptada al Guiñol por los hermanos Camejo en el año 1956, con diseño de Pepe Camejo. Pelusín es el títere cubano más famoso dentro de la isla, al que le han dedicado programas de televisión, caricaturas, obras de teatro, y ha aparecido en obras culturales que se alejan un poco de la idea original pero igual de interesantes, y que, se nos hace necesario rememorar. 

Lo que sí es seguro que si hablas de títeres en Cuba, o entablas una conversación sobre el tema con un cubano mayor de 40 años, lo primero que le viene a la mente es  Pelusín del Monte y te lo va dejar claro.

Tomando en cuenta el planteamiento anterior, hablaremos un poquito del Patuso y su adorable historia, que más a de uno le corre la película entera de su niñez. El nombre de la obra original escrita por Dora es: "Pelusín y los pájaros", en ella se reflejan los elementos más autóctonos y peculiares de la cubanía mediante la estética por medio del discurso diáfano y amable del personaje. La imagen artística de Pelusín como títere proviene del imaginario cubano, pero también es pariente cercano del famoso niño de madera que gracias a un deseo otorgado por una maravillosa hada madrina, se convierte en un infante de carne y hueso. 

Abuela Pirulina

Si has pensado en "Pinoccio" del italiano Carlo Collodi estas en lo correcto, pero tiene también su base en el glorioso y antiquísimo Guignol Francés Mourget. Por eso, si se medita  sobre la obra que trae a el Peluso, podríamos verlo revoloteando por el retablo, su escenario y su público serían Cuba entera. En otras palabras, se podría decir, que es una marioneta con vida propia. 

En cada función deja una valiosa enseñanza, como especie de fábula dedicado a niños, jóvenes y adultos. En donde, todos se divierten disfrutando de su presencia, siendo capaz de llenar un teatro entero cuando está bien realizada la obra. Es increíble que ese niñito que vió la luz en el retablito ambulante de los Camejo se convirtiera en el infante eterno, que este año cumplió ya sus 58 primaveras. Tiempo suficiente para evolucionar y dejar atrás la venta de frutas ambulante, que su abuelita Pirulina pasara de cocinar en las rústicas y antiguas cocinas de carbón o leña a tener olla arrocera y un televisor plasma en su sala. Es inaudito no pensar que eso sucedería, porque todos evolucionamos y claro ¿ por qué Pelusín no?

Dora Alonso

Este personaje, con una historia tan linda y tierna, representa a un niño típico de la campiña cubana, con su pelo revuelto, el hablar característico de los "guajiros", una nariz respingada; un sombrero de yarey por cielo y un pañuelo rojo anudado en el cuello de su guayabera blanca. Convirtiéndolo en un digno representante de la sociedad cubana, que destaca por su simpatía, jaranería y ocurrencias picarescas. Al representar a un niño campesino cubano, su historia se desarrolla en el campo y todo a su alrededor lo refleja. Su alarma es un gallo que canta tempranito en las primeras horas de la mañana. 

Dora Alonso describe de manera paradisiaca como los pajaritos trinan al amanecer cuando se pueden ver las Palmas Reales, atributo distintivo de nuestros campos. El lenguaje de este niño no es el usualmente escuchado en La Habana, por poner un ejemplo. Eso sí, sus gustos son los mismos que los de cualquier niño cubano de su edad, que quiere explorar el mundo y "mataperrear" (así llamamos los cubanos a lo que hacen los niños cuando salen a jugar a la calle).

Pelusín del Monte en el programa Barquito de Papel

Sí, lo sabemos, es muy gracioso ver estos cambios y contrastes; aún así,  es un personaje mítico que tiene el derecho de transmutarse e ir acorde a los tiempos modernos y, por supuesto, con la realidad concreta que lo rodea. Lo que pasa con el Peluso es que los niños cubanos de hoy en día no se ven identificados con él y en ocasiones lo aprecian como una marioneta grotesca y con un humor de naturaleza pesado. A pesar de que se han transformado muchas partes de esta clásica obra, sigue pareciendo que la historia fuera la misma que la creada en el 56, pero escenificada por actores que no le aportan la vida necesaria para resurgir. La última aparición del Pelusín en una obra teatral bajo el estándar de Dora y los Camejo fue en 1986... ¡Y, que tiempos aquellos!

Lo que sí les puedo asegurar es que la historia del niño campesino en la TV es bastante extensa aunque no muy afortunada. Esa historia nace en el año 1961, cuando se transmitió una adaptación de Pelusín y los pájaros en el famoso espacio de Tele-Teatro de los sábados en la noche. Ese mismo año se estrenó Las Aventuras de Pelusín del Monte dirigida por Julio Lot, con apariciones todos los sábados por tres años consecutivos en la cartelera por el antiguo Canal 6. 

La voz de Pelusín en el programa la brindaba la actriz Marta Falcón y los demás compañeros de reparto eran Antonia Valdés en el papel de Abuela Pirula; Carucha Camejo en el de Bebita Turulata; Pepe Carril hacía de Gelasito Terabeque y Martha Jiménez Oropesa de Tontolina Perendengue. Otros personajes eran Pepe Camejo como el perro gruñón, Ulises García como Chilingo Findingo, Parmenia Silva como la Rana Pascualina Chorrito, Alfonso Lastres era el Sapo Don Sorullo, Carlos Pérez Peña alternaba con Lastres la voz del cochinito Ruchito Rucine y Xiomara Fernández como la Mariposa Florinda.

En la década de los 90 en conmemoración del nacimiento de la Dora Alonso se hizo una nueva versión para la televisión de "Pelusín y los pájaros" dirigida por Julio Cordero. Ya iniciado el nuevo siglo, en el programa "Barquito de Papel" de la televisora "TV Yumurí" de la provincia de Matanzas, la actriz Fara Madrigal del "Teatro de las Estaciones" junto a su esposo Jesús del Castillo, otro teatrólogo insigne,  se pusieron como meta rescatar a Pelusín. Así, éste tuvo varias apariciones en el programa y en otros de esa misma televisora. Sin embargo, no fue suficiente para que las personas, y sobre todo los niños, volvieran a engancharse con el personaje.

Hay algo un poco controversial con  la figura de Pelusín que me enciende las alarmas de la curiosidad, pues en varios artículos sobre el tema, sale Pepe Camejo como el diseñador del títere, a la vez que Armando Morales, y eso no deja de ser cierto. Temo que esa ambigüedad en la información pueda causar grandes confusiones, y para eso estamos aquí, para despejar cualquier duda existente al respecto. Todo eso nace de que Camejo y Armando participaron en la creación del títere y cada uno le dio su toque distintivo; el de Pepe Camejo era más infantil en sus facciones y rasgos; el de Armando, unos cachetes más gruesos y más alto.

 Esto lo pude comprobar comparando fotos antiguas del primer Peluso con el creado luego que fueran quemadas las marionetas (cuando ocurrió la nefasta "parametración") y tuvo que ser re-diseñado y re-manufacturado. Sumándole la verdadera causa de la que hablamos en los artículos sobre los fundadores, sobre como quemaron a todos los títeres en el tiempo del Quinquenio Gris, y con ellos al primer Pelusín. 

Pelusín del Monte y Rubén Darío Salazar

Y es que la crónica de este icónico títere nuestro está fracturada como la historia de los hermanos Camejo y Carril, sin dudas, figura como una gran pérdida  de la cual no se ha podido reparar totalmente en más de 50 años. Del Peluso Patuso moderno con su relato pobre que no convence  y que resulta cansón verlo solo podemos decir que esos tiempos dorados solo quedan en la memoria de algunos. Aunque su guion se actualiza bastante en busca de la fórmula adecuada, no atrapa a los más pequeños de casa. Siendo una pena tener que afirmar que el Guiñol en Cuba se quedó por detrás de la trayectoria que lo acompañaba. 

Su descenso significó la caída en la calidad de una parte importante de nuestra cultura, y por supuesto, la historia de Pelusín del Monte vivió ese proceso como ningún otro títere por ser el más reconocido entre los cubanos. Por eso, no me cansaré jamás de recordar que Pelusín merece más atención en su producción, guion y aceptación; lo pide a gritos ese títere nuestro, que es parte fundamental de la cultura de nuestro archipiélago. Y sólo a modo de ejemplo, compárese su historia con la del Ballet Nacional de Cuba, y se verá cuán diferente pudo haber sido todo.



lunes, 8 de noviembre de 2021

Adiós Armando Morales: El pequeño Pelusín (+ Fotos)

 



"Es muy difícil no ser titiritero, porque cuando tienes un títere en la mano y lo construyes, ese virus no tiene antídoto. Cuando tengas la enfermedad del títere morirás con él"
                                                Armando Morales


Me causa un placer tremendo poder sentarme, servirme un café cubano y conversar con ustedes sobre Armando Morales en esta mañana lluviosa, Tuve la fortuna de verlo actuar en 4 ocasiones en el Guiñol Nacional, en la Casona de línea, y en otros dos lugares que no logro recordar. Me impactó en cada ocasión que lo vi, tenía una destreza increíble encima del escenario que me cautivó desde el inicio hasta el fin de cada obra. 

Pocas veces he sido partícipe de esa tremenda magia, siempre lo atribuí a que no todos los actores pueden llevarte a su mundo, ni hacerte parte de él, pero Armando lo lograba con todos los miembros del público. No olvido los rostros de las personas, y en su caso me ha sido imposible sacarlo de mi mente, su figura debió estar encantada, porque esa barba blanca y piel añosa no la olvido.

Su porte soberbio, sensible y desenvuelto encima del tablado pudo haber dejado pasmado a cualquiera. Detrás de esa tela negra y con sus muñecos en la mano, muchos lo llevan en el corazón y los recuerdos. Quisiera volver a La Habana de Morales; sentarme descansada y fresca a deleitarme con Fuenteovejuna en un re-estreno fabuloso. Disfrutar las grandes actuaciones del que fuera uno de los fundadores de la dorada época de los 60 del Guiñol y posteriormente director del mismo. 

Fue un justo merecedor de cada galardón que le fue otorgado, y sobre todo, de cada abrazo de su público. Desde el momento en que pisó su adorada casa de muñecos, participó en numerosas producciones en las que no solo estuvo presente como actor, sino también como director artístico y diseñador de escenografía . Entre sus interpretaciones tenemos: El Mago de Oz interpretando al Tío Enrique y El Mago; La loma de Mabiala en el papel de Serapio Trebejo; La corte del Faraón en el Putifar; El retablo de Maese Pedro y otros poderosos e impresionantes unipersonales.

Armando  Morales en una puesta en la década de los 80  

Su obra plástica es vasta, y de ella son parte esencial sus diseños para la escena y sus adorados títeres. Esta obra ha sido expuesta en numerosas ocasiones en los muy diversos formatos y espacios como el prestigioso Museo de Moscú en el año 1981 y la Exposición Cuatrienal de Praga en 1983. Su insaciable labor le proporcionó numerosos reconocimientos , entre ellos los otorgados por la crítica teatral y por variadas instituciones nacionales. Fue miembro de la Association Internacionales des Arts. Plastiques (AIAP) desde el 1981; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) desde 1970. Además, presidente de la Sección de Teatro para Niños de la Asociación de Artistas Escénicos de la UNEAC entre los años 1990 y 1999 y miembro del Comité Internacional de la Marioneta (UNIMA) desde 1996.

Impartió talleres, seminarios, festivales, cursos y clases magistrales  sobre el arte del títere en diversos espacios, tanto internacionales como nacionales, llevando sus enseñanzas a la vieja Europa, África y América Latina. Su intensa actividad artística y docente estuvo acompañada por una continua reflexión teórica. Testigo de ello es su extenso prontuario de publicaciones que lo destacan como un acreditado pensador  e incansable potenciador de la especialidad.

Armando Morales y Pelusín del Monte

Su trabajo con los niños fue intenso y sumamente interesante, y sus compañeras se simultaneaban entre Xiomara Palacios, Antonia Eiriz y otras que amaron al Guiñol como a sí mimas. Armando demostró en todo momento que era un caballero y el Teatro su bastón, se respiraba en cada puesta el gran vuelo artístico de su interpretación, a un nivel sólo asequible a los grandes y que hace perdurable su obra.

En los coloquios en los que participó enfatizó sobre el el oficio del Guiñol: " (…) El titiritero es un actor especializado (…) "En otras ocasiones lo podíamos ver citando al gran dramaturgo Bertolt Brecht con las siguientes palabras: " (…) El teatro de títeres y el títere, por encima de todo tiene que ser teatro, después de esto, puede ser cualquier otra cosa (…)"

 Celebración por los 80 cumpleaños de Armando Morales

Su profundo y necesario quehacer dentro de la cultura cubana han quedado resonando en el aire y visitando cada corazón de los que sienten al teatro como parte de su vida, fue un gran maestro que fomentó en todos lo imprescindible que es el libre pensar y el trasegar de todo actor y también del público. Ha sido uno de los más importantes influenciadores en el renacimiento del teatro de títeres dado en la escena nacional a partir de los años noventa del pasado siglo. 

El padre de Pelusín del Monte se contagió de la enfermedad del títere en momentos tempranos de su vida y murió amándolos hasta su último suspiro. Hombres como él, que honran y elevan a la cultura cubana, son tan necesarios como el sol del amanecer, en momentos como los actuales que el arte cubano se ha visto amenazado por la decadencia.




sábado, 6 de noviembre de 2021

Cuentos infantiles cubanos: La Cucarachita Martina (+ Imágenes animadas)

   

Había una vez una Cucarachita muy bonita en el campo. Sus ojos eran negros y su piel morena. Todo el mundo la llamaba Cucarachita Martina. La cucarachita era muy buena ama de casa, y la suya brillaba como una tacita de oro. Un día, mientras barría el patio de su casa, encontró un objeto redondo.

-¿Qué será esta cosa redonda? ¡Ah, es una moneda! ¿Qué voy a hacer con esta moneda? ¡Ah, ya sé lo que voy a hacer! Me compraré un traje nuevo. No, no, un traje vale más que esta moneda. ¿Qué voy a comprar con esta moneda? Compraré un par de zapatos... ¡Ya sé! compraré una caja de polvo. Eso sí, que me hace falta (la cucarachita va al pueblo a comprar el polvo).

Esa tarde, cuando la Cucarachita regresó a su casa, se bañó, se empolvó toda, y se puso su mejor vestido. Martina se veía lindísima. Tenía una amapola en el pelo y la cara bien empolvada. Entonces, se sentó a tomar el fresco en el portal de su casa.

Al rato atravesó la calle, muy elegante, un Gato vestido todo de negro porque iba de camino a una boda. Cuando la vio tan bonita, el Gato se acercó al portal, y recostándose en los balaustres, se atusó los bigotes con gesto muy aristocrático, y le dijo:

-Cucarachita Martina. ¡Qué linda estás! ¿Te gustaría casarte conmigo?

-Tal vez, Gato Pardo -dijo la cucarachita-, pero, ¿Cómo haces por las noches?

-MIAOUUU, MIAOUUUU, MIAOUUU!

-Ay no, no, que me asustarás. ¡Váyase lejos de aquí!

Y el gato salió corriendo lo más rápido que pudo. Al rato, cruzó la calle un Perro con su pelambre acabadita de cepillar porque iba camino a una boda. Viéndola tan bonita, se arrimó al balcón y se rascó el lomo contra los balaustres varias veces. Irguió entonces las orejas como si fuese un perro de casta, y dijo el Perro:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-Puede ser -dijo la cucarachita-, pero primero tienes que decirme: ¿Cómo haces por las noches?

-¡JAU, JAU, JAU!

-¡Ay no, no, que me asustarás! ¡Váyase lejos de aquí!

Y el Perro se fue muy triste. Al rato pasó el Gallo, con su plumaje muy limpio y vestido muy elegante. Se arrimó al balcón, y dijo el Gallo:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿ Te quieres casar conmigo?

-Puede ser -dijo la cucarachita-, pero primero tienes que decirme: ¿Cómo haces por las noches?

-KIKIRIKIIIIIIII

-¡Ay no, no que me espantarás!

El Gallo tristemente se alejó. Y en un santiamén apareció el Grillo. Se detuvo al lado del balcón de la casa, dejó de entonar su violín, y dijo el grillo:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-Todo depende -dijo la cucarachita-, pero primero tienes que decirme: ¿Cómo haces por las noches?

-CHIRRÍ, CHIRRÍ

-¡Ay no, no, que me asustarás! ¡Váyase lejos de aquí!

Al Grillo se le bajaron las antenas de la pena. Poco después apareció el Chivo con sus cuernos muy brillosos, su barba muy bien peinada, y dijo el Chivo:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-Todo depende -dijo la cucarachita-, pero primero tienes que decirme: ¿Cómo haces por las noches?

-BEEE, BEEE, BEEE, BEEE

-¡Ay no, no, que me asustarás! ¡Váyase lejos de aquí!

El Chivo se alejó muy triste. luego vino el Sapo, y dijo el Sapo:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-Quizás... -dijo la cucarachita-, pero dime: ¿Cómo haces por las noches?

-ROAC, ROAC, ROAC

-¡Ay no, no, que , me asustarás! ¡Váyase lejos de aquí!

El Sapo salió de allí refunfuñando. En eso apareció en el balcón de la casa, muy elegante y vistoso, un cerdito. Y dijo el Cerdito:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-No sé -dijo la cucarachita-, pero dime antes: ¿Cómo haces por las noches?

-OINC, OINC, OINC

-¡Ay no, que me asustarás! ¡Váyase lejos de aquí!

El cerdito salió con su rabito entorchado. A continuación se vio una lucecita verde. Era el Cocuyo, que  impresionado con la belleza de la cucarachita, se acercó a ella, y le dijo:

-Cucarachita Martina, ¡Qué lindas estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-Bueno, bueno -dijo la cucarachita-, pero dime antes:  ¿Cómo haces por las noches?

-No te diré nada, solo te alumbraré con mis luceros.

-¡Ay no, no, que me asustarás! ¡Váyase lejos de aquí!

Al Cocuyo se le apagaron sus lucecitas. Inesperadamente, apareció el Ratoncito Pérez y se acercó a ella. La Cucarachita lo vio acercarse, se arregló sus antenitas y se sentó derechita. El ratoncito Pérez estaba vestido con una camisa de cuello blanco con pantalones recién planchados y en la cabeza llevaba puesto un sombrero muy vistoso. Entonces, dijo el Ratoncito Pérez:

-Cucarachita Martina, ¡Qué linda estás! ¿Te quieres casar conmigo?

-A lo mejor -dijo la cucarachita-, ¿Cómo haces por las noches?

-Dormir y callar -dijo el Ratoncito Pérez-

-¡Ay, me gusta lo que haces, Ratoncito Pérez! ¡Sí, me quiero casar contigo!

La Cucarachita Martina y el ratoncito Pérez se casaron y se quedaron a vivir en la casita muy  limpia de la cucarachita.

Y sucedió que un día la Cucarachita Martina cocinaba una gran olla de sopa. Se acordó que no tenía sal para poner a la sopa y por eso fue a casa de la vecina para pedirle un poco.

Mientras tanto, atraído por el delicioso olor de la sopa y la curiosidad, el Ratoncito Pérez acercó una silla a la cocina, se subió a ella y se asomó al borde de la olla con la sopa hirviente. Y en un descuido, ¡zás! se cayó dentro de ella.

Cuando volvió de casa de la vecina, la Cucarachita Martina encontró al ratoncito Pérez todo pelado flotando entre los fideos de la sopa.

Desde entonces se canta la canción:

El Ratoncito Pérez 

se cayó en la olla

por la golosina

de la cebolla.

Poco tiempo después la Cucarachita Martina se volvería a casar; por eso un poeta escribió los versos que a continuación transcribo:

Cucarachita Martina

Viuda de Pérez, 

se casará mañana 

con un alférez.    

Cucarachita Martina

esta vez tapó la olla

y aseguró la tapa

con una argolla.

Y cuando vaya a casa 

de su vecina,

cerrará bien la puerta

de la cocina.

jueves, 28 de octubre de 2021

Carlos Pérez Peña, el hombre teatro ( + Fotos)


  Si hay algo interesante dentro del mundo de las tablas cubanas es la carrera de Carlos Pérez Peña, un hombre que tuvo la posibilidad de formar filas en varias compañías de teatro incluyendo el Guiñol en la era Camejo-Carril, hasta estar codo a codo con Vicente Revuelta. Su historia comienza por allá por los años 60 del pasado siglo cuando Modesto Centeno los introduce a él, a Ulises García y Alonso Lastres al recién fundado Teatro Guiñol. La particularidad de Carlos con respecto a sus otros noveles actores, fue que solo duró lo mismo que su preparación académica, por lo que su tiempo bajo este formato fue bastante corto, y no por eso, menos interesante y formador.

De ahí en adelante todo fue historia llena de crecimiento y superación, que debería servir de ejemplo a las nuevas generaciones de actores cubanos. Al concluir su estadía entre los títeres y la imaginación, zarpó su barco hacia el teatro tradicional. Su profesor Mario Rodríguez Alemán, que también en esa época representaba en el Teatro Dramático Nacional y el Conjunto Dramático Nacional, le insistió para que audicionara para el grupo en donde estuvo hasta que éste se disolvió.

Carlos Pérez Peña en la década de los 60

El Grupo de Teatro La Rueda (TR), fundado por el argentino Néstor Raimondi y dirigido por Nelson Dorr, le abrió las puertas, y así se vio inmerso en un grupo lleno de grandes estrellas que participaban en la Televisión, Teatro, Radio y Cine cubano. Estrellas como José Antonio Rodríguez, Carlos Ruiz de la Tejera y Luis Alberto García; por supuesto que habrá muchos otros artistas noveles que al igual que éstos, hoy son grandes figuras de la cultura cubana. La singularidad de este grupo radicaba en el montaje de grandes espectáculos, sobre todo dramas o tragedias como las de Shakespeare, Cervantes y  Homero. Aunque aquí su participación  tampoco duró mucho tiempo, le sirvió como una tercera escuela después de compartir escena con los Pepe, Carucha, Ulises García y el Conjunto Dramático; pero aún le faltaba aprehensión actoral antes de realizar su acto final.


Carlos Ruiz de la Tejera compañeros de escena en el TR

Y como todo hombre que vive a través de representaciones, esa no fue su última compañía teatral, faltaba todavía su estancia en la obra "Las Doce", dirigida por uno de los genios del teatro moderno cubano: Vicente Revuelta. Carlos, en diferentes oportunidades confesó que esta compañía le ayudó a sedimentar ideas y conceptos que representan al teatro en su totalidad, y sin dudas, así fue. En vídeos que podemos conseguir de esa etapa de Carlos Pérez Peña se refleja su crecimiento actoral, se percibe soberbio y sobrio. La manera de "hacer" de Vicente con el entrenamiento del actor desde la perspectiva de que éste es un ente psico-físico-expresivo, traspasa la barrera de limitarse a interpretar un rol en una determinada escena.

Vicente Revuelta

La madurez que adquirió en cada colectivo teatral le ayudó con el método interpretativo de la que se volviera su puerto definitivo, y ese sería el "Teatro Escambray", alcanzando aquí su consagración en el temprano año de 1968 y que hasta el día de hoy aún permanece. La singularidad de este conjunto es que su base operativa se encuentra en el macizo montañoso del mismo nombre. Llevando el fino arte del teatro a lugares que jamás soñarían con una obra artística de ningún orden, sino se radica en la capital del país o los centros de las provincias. 

Cártel del Grupo de Teatro Escambray

Sin embargo, el legado más importante del Teatro Escambray es su manera primitiva de "hacer", su vívido realismo, característico de sus actuaciones, sin duda es admirable, fogoso, espléndido y exquisito; la concreción de las actuaciones impacta a cualquier espectador. Siempre surge la pregunta: ¿Cómo lo hacen? Actuaciones que siempre están a la caza insaciable de provocar y contradecir, siempre bajo la estela de lo controversial e incómodo, dirigido a los criterios más conservadores. Imposible tener esas características y no representar a la sociedad cubana.

Con todo esta frondosidad actoral de Carlos Pérez Peña es inconcebible no hacer un artículo sobre él en este momento, pese a que su permanencia en el Teatro Guiñol fuera tan corta. Su historia forma parte de la impronta de este pionero colectivo. Sirva también de un pequeño homenaje de parte de alguien que admira el arte de los grandes monstruos de las tablas cubanas.

viernes, 22 de octubre de 2021

Ulises García, el soñador del Teatro Guiñol Cubano (Fotos + Vídeos + Podcast)


Foto: Ulises García y Alelé_ Cuba encuentro

Ay Ulises, cuánto extrañamos verte títere en mano e interpretar junto a Alelé, ese muñeco de guante que deleitó a varias generaciones de cubanos. Desafortunado mi momento, mi época  que se perdió esas obras que pertenecen hoy a una parte de la gran historia del arte cubano y que se ha extraviado en las alas del tiempo. Muchos no saben tu nombre, otros no conocen tu legado, de lo que sí estoy segura es de que andas revoloteando por el Teatro Guiñol como buen ángel de la guarda cuidando que el espíritu titiritezco nunca muera.

Ulises García fue de los pocos titiriteros que tuvo la suerte de poder estar ahí junto a los hermanos Camejo (Pepe y Carucha) y Pepe Carril; fue su discípulo o aprendiz. Caminó entre grandes puestas en escena como: La Celestina, El Pirulero de Ernesto Lecuona, Comino y Pimienta vencen al diablo, Mefistoféles, El cartero del Rey, Changó de Ima, Cecilia Valdés, El Maleficio de la Mariposa, y otros tantos.

                                                                                                      Ulises García y Rubén Darío Salazar

El encuentro con el arte de los hermanos Camejo y Carril, según sus propias palabras, fue (…) de lo mejor que le pudo ocurrir (…), sin embargo, la decisión de Pepe Camejo de llamarlo a trabajar con el guiñol de manera definitiva terminó en desacuerdos con el director Alfonso Arau. García conoció a los tres primeros por medio de su profesor Modesto Centeno, quien se encargó de establecer los nexos entre él y el grupo de los Camejo y Carril para trabajar con ellos en el Guiñol Nacional. Lo más gracioso de todo eso es que Ulises comentó en diversas ocasiones que jamás estuvo interesado en trabajar o experimentar con los títeres. A veces este tipo de casualidades lleva a caminos insospechados y grandiosos.

Según el propio Ulises García en entrevista otorgada a Rubén Darío Salazar, recuerda cuando Pepe Camejo le dijo "(…) te vas conmigo para Santiago de Cuba (…)". En ese momento Camejo iba a estrenar la obra "Comino y Pimienta vencen al diablo"; siendo el estreno en las tablas de Ulises y su primera gira con el Guiñol, y ese hecho le despertó el amor por este arte escénico. Confieso que si hubiera sido mi caso, al igual que Ulises, me hubiera enamorado; imposible no hacerlo cuando estás rodeado de personas apasionadas por algo tan bello y edificador.

El grupo de los Camejo y Carril no fue con las únicas personas con quienes colaboró, estudió o trabajó. Su lista de colaboradores es bastante extensa e incluye a Raquel y Vicente Revuelta; y a Kike Capablanca, que a pesar de ser esa la primera incursión en el Teatro Bufo de Kike, éste lo invitó a colaborar en la obra "Mefistófeles" de Ignacio Sarachaga. En la entrevista antes mencionada Ulises habla sobre los titulares de los periódicos al otro día del debut en el que decían "(…) Ulises García triunfa en la obra (…)", relata también que a partir de ese momento su mundo en el arte se comenzó a abrir y lo llamaban para formar parte de casting importantes.

Sin embargo, su amor por los títeres triunfó, sobre todo lo demás, aunque cabalgó por muchas ramas del teatro de manera exitosa. Ulises es de esos actores que no te cuestionas su talento, incluso te planteas que es innecesario hacerlo, sería un gasto inútil de neuronas. Dejó testimonio de su talento en cada obra que participó y en los llamados que le hicieron, confesando él mismo, que lo hacía de manera disciplinada. Tristemente, de ese tipo de actores nos quedan muy pocos.

Y entonces... un programa comenzó a posicionarse dentro de la cartelera infantil en el año 1967 y era más ni menos que "Amigo y sus amiguitos"  que pasaba a través de la Televisión Cubana, estaba dedicado al público infantil y en cada episodio narraba una historia diferente. Historia que era contada por títeres; de ahí nació Alelé, un personaje neuronal dentro de la trama de cada historia. Muchos recuerdan estar pendientes de la hora en que pasaba cada episodio y verlo en esos cachivaches "Caribe" en blanco y negro, y a pesar de la baja calidad de la transmisión propia de la época, la magia que transmitía el programa no tenía comparación.

 

Vídeo de Amigo y sus Amiguitos

Participaba un casting consagrado y estelar, como la actriz Consuelo Vidal que daba vida a Amigo. No había ninguna duda de que ese programa no podía fracasar; era imposible y punto. Sacaba una sonrisa a la persona más amargada, yo solo he podido disfrutar el programa a través de YouTube y me imagino verlo en vivo como si estuviera viendo su estreno en esas pantallas sin color. Mi imaginación siempre ha sido mi fiel aliada, lo imagino como un programa que limpiaba las angustias y las penas y visualizo una reunión entre niños curiosos e imaginativos.

¡Qué derroche de talento en las actuaciones! Desde mi posición, unos adultos haciendo reír a niños e imitándolos, es llevar la actuación al plano de la genialidad. Las apariciones de Alelé en el programa como el niño gracioso y perspicaz (al menos, así lo percibo yo) y de esa misma manera quiero recordar a Ulises García. Su partida a España por medio de un contrato laboral cortó definitivamente su carrera dentro del retablo y murió en esa misma ciudad recordando aquellos momentos memorables de la época dorada de la cultura cubana. Les recomiendo que lo recuerden con esa sonrisa amplia y pícara, es la clave para nunca olvidar su legado, yo solo puedo decir: gracias por hacerme disfrutar tanto de tu despliegue actoral.

El Centro Nacional de las Artes Escénicas así lo despidió por medio de un extenso obituario:

(…) "Al marcharse Ulises por los caminos de la eternidad, nos deja una nostalgia incurable, pero también la certeza de haber compartido con su persona y su arte un tiempo único, que pertenece por derecho propio a los bronces de la cultura nacional (…)"


Pepe Carril y su Teatro Mítico, o arte del olvido (Podcast + Fotos)

 

Pepe Carril fue un exponente de la cultura cubana para quien, ni el ostracismo que vivió Virgilio Piñera, ni el trastoque otorgado por psicólogos sin título a Dulce María Loynaz, ni el destierro literario de Lezama Lima se pueden comparar con su situación. Pepe Carril fue la tercera pata de la mesa de la fundación del Teatro Nacional del Guiñol. El Carril de Pepe fue muy distinto, ni los libros se acuerdan de esas funciones majestuosas que realizó junto a los hermanos Camejos por ese siglo XX, que se tragó, al estilo del Triángulo de las Bermudas, a muchos cubanos de los que ni las huellas esparcidas que hubieran podido dejar, podemos seguir.

Murió junto a los títeres de Carucha y Pepe Camejo, y nunca más se supo de él. Pobre de nosotros que no tenemos el derecho de rememorarlo. Su delito lo dictó la "Parametración"; sí, eso mismo, muchos de los nacidos en Cuba hemos olvidado esa palabra, unos por conveniencia, otros porque no quieren revivir esa etapa, y otros porque no han tenido la oportunidad de indagar los capítulos más oscuros de la historia de la isla. Pepe y la parametración van de la mano, pues la padeció de la manera más cruel e injusta que se pueda imaginar.

Hay que ofrecer el contexto para que se pueda entender: la parametración formó parte de un tiempo bastante oscuro, y aún antes de que ésta se aplicara, ocurrieron algunos percances. El comienzo de todo fue en el mes de Junio del año 71 del pasado siglo. Yo lo bauticé como el inicio de un período de guerra entre el gobierno cubano, los artistas, y por supuesto, el arte; como había mencionado en otro escrito. Este proceso, que más bien fue una cacería de brujas, se convirtió en una pesadilla en la que intelectuales y artistas experimentaron ostracismo, dolor, separación, censura, descalificaciones, humillaciones, y hasta cárcel por motivos ideológicos que nada tenían que ver con la cultura.

Tomando como referencia la famosa reunión entre intelectuales y funcionarios encabezada por Fidel Castro Ruz, conocida como "Palabras a los intelectuales", en donde muchos artistas e intelectuales hicieron uso de la palabra, y la que tuvo más relevancia fue la de Virgilio Piñera, cuando a petición de todos los intelectuales expresó la inseguridad que sentían muchos por el posicionamiento de la Revolución con respecto a ellos, a lo que Fidel respondió con las famosas palabras: "Dentro de la revolución, todo; contra la revolución, nada" .

Pepe Carril

A partir de ahí un camino se comenzó a marcar, y desde la revista Verde Olivo se publicó el 11 de abril de 1965 el libro El socialismo en Cuba, escrito por Ernesto Guevara de la Serna, más conocido por "Che", donde éste afirma que "el pecado original" de los intelectuales fue no haber luchado u oponerse a Fulgencio Batista. 

Eso fue la punta del iceberg que destruyó al Titanic cultural cubano, y en el Primer Congreso de Educación y Cultura llevado a cabo entre los días del 23 y 30 de abril de 1971 todo se balanceó, se definió y se desencadenó una cacería de brujas que se expresó en cierres de proyectos culturales, la no edición o publicación de libros, películas que no se realizaron o se cancelaron en medio de su producción, se tildó de "decadente" a casi toda la música del momento e incluso obras clásicas, obras danzarías que no se realizaron más y tanto el teatro tradicional como el de títeres sufrieron muchas transformaciones que, más allá de favorecerlos, les restó vida. Ese Congreso llevó al camino de la radicalización ideológica dentro de la cultura con respecto a los creadores dentro de la isla y con los cultores radicados en el exterior.

Dirán ahora ¿por qué explico todo esto? y -¿Qué tiene que ver con Pepe Carril?- pues todo está conectado. Carril fue uno de los más afectados por estas medidas, al igual que sus compañeros de escena. Fue encarcelado junto a Pepe Camejo y luego tuvo que marcharse del país a vivir en un exilio doloroso y mortal. Y que no tengamos casi ningún dato de su vida y obra es la consecuencia de una series de decisiones gubernamentales mal tomadas.

Es ahí cuando te preguntas: -¿Cómo un hombre de su talla desapareció casi sin dejar rastro?- sólo por medio de aquellos que lo conocieron, por los libros que escribió y que están a la venta en muchas páginas en el ciberespacio, o por medio de los osados grupos de teatro que han re-estrenado sus espectáculos, tales como Teatro Mítico, donde se recogen todas sus obras de teatro, Changó de Ima entre otras, que deberían ser declaradas Patrimonio de la Cultura Nacional y son obras altamente recomendadas.

 
                                        Foto: Cuban Theater Digital Archive_ctda.library.miami.edu                                                   

Las respuestas a esas preguntas de los párrafos anteriores están respondidas a lo largo de este artículo. Es una gran pena que tengamos que escribir estás líneas casi a ciegas, ya que de este teatrólogo y actor hay muy poco que encontrar desde el momento que la cultura cubana fue -medida por cuestión de varones con respecto a las plumas- como se refería Samuel Feijóo a este período. No vean mal mi comparación, en nuestra isla sucedió así, y tristemente aún sucede, es cuestión de malas costumbres arraigadas, porque todo esta sujeto al sistema y su política que en su mayoría es machista.

Pepe Carril hoy es casi un fantasma y un cuasi olvidado, no debería estar en el lugar al que lo relegaron por su preferencia íntima y su círculo de amistades; se merece más por lo que fue y nos legó. También deberíamos ser más críticos con lo que consumimos y desechamos, a veces no somos conscientes de lo que perdemos. La cobardía, el odio y la intolerancia permitieron que esos tiernos muñecos de papier maché del Teatro Nacional de Guiñol junto con sus creadores desaparecieran bajo esa pira ardiente que fue la primavera negra. Quienes manejan los hilos de la cultura tienen el deber moral de reivindicar a los Camejo, Carril y a todos los demás artistas que enviaron a la oscuridad. Ay Carril, queremos darte las gracias en donde quiera que estés y que nos perdones porque ellos cumplieron su cometido de enviarte al olvido.


miércoles, 20 de octubre de 2021

11 curiosidades que debes saber del Teatro Guiñol Cubano (Fotos+Podcast)


El Guiñol es una rama del arte que ha tenido una fuerte presencia desde el mismo comienzo de la colonización española en la isla. El 14 de marzo de 1963 se materializó la idea de constituir una unidad artística por parte de tres personas que fueron Caridad Camejo, José Camejo y Pepe Carril; aunque ya desde 1949 ellos andaban con sus títeres al hombro, plantando sus ilusiones en varias escuelas de la capital cubana. Muchos aseguran que desde ahí ya se había conformado el Guiñol Cubano, como institución y grupo artístico profesional. Otros manifiestan que con ellos se comenzó a cocinar lo que sellaría por todo lo alto la época dorada del arte titiritero cubano. Es por ello que aquí te mostramos 11 curiosidades del Teatro Guiñol o Teatro de Títeres Cubano.

1. La escritora Dora Alonso fue la que creó la historia del Títere Nacional, llamado "Pelusín del Monte", en colaboración con los hermanos Camejo y Pepe Carril.
 
Dora Alonso y Pelusín del Monte

2. El creador del títere Pelusín del Monte después de la Cancelación de los fundadores del Guiñol fue Armando Morales. 
 
Armando Morales y Pelusín del Monte
 
3. La primera manejadora y voz del títere "Pelusín del Monte" fue Carucha Camejo.
 
4. Los antecedentes de la creación de "Pelusín del Monte" vienen del Siglo XIX, de mano del famoso "Pinoccio" de Carlo Collodi y el Francés "Guignol" de Mourguet.
 
5. El año en que nace realmente el Teatro Guiñol cubano fue 1956, cuando se unen Carucha y Pepe Camejo con Pepe Carril.
 
                                             De izquierda a derecha Pepe Carril, Carucha Camejo, Pepe Carril
 
6. La primera sede del Teatro Nacional del Guiñol fue el cine "Focsa", que desde el propio Triunfo de la Revolución Cubana funcionó como el cuartel general de esta manifestación artística. Aún existe, y continúa cumpliendo la misma función, aunque ya no es la única locación dedicada a las presentaciones de teatro de títeres, sigue siendo la más importante. 
 
 
   Cede del Guiñol Nacional en La Habana

7. Los principios fundacionales del Teatro Guiñol fueron: difundir lo mejor del arte universal, la cultura y las tradiciones nacionales, reunir a todos los titiriteros de Cuba para crear un gremio fuerte, intercambiar técnicas, maneras y estéticas, asumir el arte de títeres como una manifestación capaz de crear sentimientos profundos en quién presenciara sus obras sin discriminar entre  niños o personas adultas. 

8. Grandes escritores como Dora Alonso, Abelardo Estorino, Modesto Centeno, Reinaldo Arenas y Freddy Artiles colaboraron activamente en las adaptaciones teatrales en colaboración con  los hermanos Camejo y Pepe Carril.

9. Si se busca en EcuRed (una versión cubana de Wikipedia) sobre Carucha Camejo no sale nada importante después de 1967 exceptuando la mención sobre los premios que le otorgaron en 1994, 2001 y 2012. 
 
Carucha Camejo
 
10. Si se hace una búsqueda sobre Pepe Camejo sólo se encontrarán menciones sobre algunas de sus obras, premios y alguno testimonios de personas que lo conocían, como su hermana.
 
 
 Pepe Camejo/Archivo
 
 11. En el caso de Pepe Carril la investigación sobre él, su obra, y legado es más escasa que los Camejo.
 
La idea de Carucha y ambos Pepes de dar vida al teatro de títeres; y que no estuviera destinado a ningún grupo etario en específico, sino que permitiera la creación y adaptación de obras para todos, ha sido, sin temor a equivocarme, la guía para todas las generaciones de actores que los sucedieron. Sus ideas fueron el impulso y el despertar de un arte que, aunque tenía presencia desde hace muchísimos años antes, ellos fueron los que afianzaron esta tradición de manera profesional. Su etapa duró unos años durante los cuales el guiñol tuvo un nivel de factura muy alto y jamás ha vuelto a tener el nivel artístico de ese momento. Se asentaron como referencia cultural, y dieron paso a iniciativas artísticas que comenzaron a surgir por toda la isla como El Guiñol de Oriente.

Featured post

Fresa y Chocolate: Análisis crítico de la película cubana y su impacto cultural y político

  Contexto Histórico y Social: "Fresa y Chocolate" , dirigida por Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, se ambienta en La Hab...